Diálogo con el periodista, analista político y columnista de La Nación y de Odisea Argentina, también profesor universitario.
-Todos los partidos tienen rasgos singulares, ¿Cómo ves a la CC-ARI?
-Creo que la Coalición Cívica está frente a un desafío enorme, que es que sus principios puedan ganar, finalmente, algo de masividad en la sociedad, generar un consenso en torno a esos principios.
-Es realmente enorme, ¿está dentro de las posibilidades de un partido?
-Tiene un problema grande, que no es de la Coalición, que es la característica de nuestra sociedad a través de la historia. Es que aquí, la corrupción comienza a discutirse más cuando desaparecen los ciclos de bonanza económica y empiezan las crisis.
“No es que la gente deje de mirar la corrupción, pues lo conversa y ha sido un tema prioritario en los últimos años. El problema es que se vuelve un tema de sanción política según marcha la economía. Entonces, el gran desafío de la CC es que su pelea contra la corrupción consiga mayor grado de representación”.
¿No pasa por demostrar otras capacidades, más allá de la lucha contra la corrupción, como pueden ser aptitudes para gestionar Ejecutivos?
-Ahí tienen un desafío muy importante, muy alto, con, hasta donde yo sé, una concesión que ha hecho, en lo que para mí es, con mucho respeto lo digo, una rigidez de Carrió: y es que “Toty” Flores pueda competir por una intendencia que es muy difícil, como La Matanza, que es complejo desde todo punto de vista: porque es complejo ganar, y si se gana, va a ser complejo de administrar.
“Digo esto porque supongo que Carrió evitara, aunque compitiera por intendencias, sospechando o con el prejuicio de que después iba a ser imposible no quedar asociados, más allá de las individualidades, con algunas prácticas que son sistémicas. Quiero decir: que no pudieran escapar a hechos de corrupción, para decírtelo con claridad.
“Me parece un paso adelante lo de “Toty”, me parece un doble paso adelante si logra ser el candidato de JxC, y si gana comenzara el verdadero desafío de la Coalición que es demostrar que, además de ser una fuerza que se ocupa de la corrupción, puede gobernar sin abjurar de esos principios”.
-¿Sos futbolero?, ¿cómo se le juega al PJ en el resto de la Provincia de Buenos Aires?
-Hay un problema porque lo que yo creo acerca de cómo jugarle, tiene poco que ver con el reglamento del fútbol. El fútbol se juega 11 contra 11 y si tenés uno con mucha habilidad podés lograr que el otro se quede con menos cuando se carga de faltas. Acá, el problema es otro: al peronismo hay que quitarle votos y para logarlo tenés que encontrar peronistas que ya no se sientan identificados con este modelo del PJ y aspiren a otro: un PJ que aspire a otra movilidad social, que no reniegue del capitalismo y crea que los municipios ganan en autonomía y, que son capaces de autogestionarse con más recursos propios; es decir, que desaparezcan los dos presupuestos: el que votan los concejos deliberantes en blanco, y el negro, del que nadie se hace cargo, pero que existe.
“Ese es el enorme desafío de JxC y no la ruta de buscar dirigentes sueltos”.
-¿Lo decís por Burlando?
-Claro. Te aparece un Fernando Burlando, un tipo al que se le atribuye un afilado contacto con un sector de la Policía Bonaerense que lo pondría en causas que lo comprometen, para desviarlas. Uno mira eso, que es en lo que está trabajando Diego Kavetz, jefe de Gabinete y ex secretario de Seguridad de Lanús y aspirante a suceder al intendente Néstor Grindetti, y se pregunta qué pensará María Eugenia Vidal, no sólo Carrió, porque, en apariencias, Vidal se enfrentó con ese sector de la Policía.
“Y lo segundo: ¿Cuál es el vínculo entre Kravetz, que manejó la seguridad, y Burlando? ¿Ese vínculo es extensivo a ese sector de la Policía al que se vincularía el abogado? Son cosas que deberían tener cuidado porque una gran práctica de la democracia es que el elector tenga alternativas y cuando te comenzás a parecer tanto al otro en el afán de ganar, podés perder tu identidad”.
-Hay ejemplos de peronistas disidentes en el conurbano, cerca de JxC.
-Ocurre en Lomas de Zamora, donde Guillermo Viñuales, que es un dirigente con consenso social, le parte el peronismo a Martín Insaurralde. También Joaquín de la Torre, porque su intendente, y él mismo, han tenido un compromiso muy fuerte para crear una alternativa.
-Diferencias, sin antinomia.
-Por un lado tenés que luchar contra los valores que hoy encarna un sector del peronismo porque sos una alternativa teóricamente superadora y bucear en ese peronismo quiénes son los que te pueden acompañar.
-¿Esos peronistas llegan a ser “propios”?
-La victoria de Macri y María Eugenia fue un espejismo porque ganaron y siguieron en minoría. Y los que teóricamente gestionaban los votos peronistas para Macri, nunca llegaron a partirlo, que es el gran déficit de Emilio Monzó y Rodolfo Frigerio, que te juntan peronistas con la billetera pero nunca generan persuasión política fuera de lo material.
El sillón de Dardo Rocha
–Los últimos gobernadores bonaerenses han sido importados desde Capital Federal, Felipe Solá –nacido en Recoleta y formado en CABA, pero con experiencia en la provincia en cargos previos al de gobernador–, Scioli, Vidal y Kicillof. ¿Por qué lo bonaerenses no llegan a gobernar su provincia?
-Es una gran pregunta. Este fenómeno lo inicia Eduardo Duhalde, el gran caudillo bonaerense. Hay una negación del peronismo a tener un primus inter pares; es decir, cuando Duhalde importó a Ruckauf no quería coronar a ningún intendente que, a la vez estuviese en condiciones de disputarle el poder.
“Cafiero sí era de San Isidro y fue quien inicia la etapa del peronismo en la provincia. En los ejemplos que vos citas, tiene que ver con las crisis sucesivas de la provincia que hacen que su déficit estructural económico la vuelvan menos importante en términos de presupuesto que CABA, pensando no en el número sino en la ejecución y valores de pobreza en un lugar y en otro, y que el gobierno nacional. De acuerdo a la conveniencia del gobierno nacional y del gobierno de la ciudad, prescindiendo del color político, la provincia queda subsumida y termina por aceptar que los candidatos sean importados. No le queda más remedio: es la concesión que hace para mantener un sistema que, así como está, es inviable”.
-Vidal puso el tema presupuestario en agenda.
-Efectivamente, iba a discutirse cómo se asignaba la coparticipación, cómo había que equipar a la Policía y cómo tener un nuevo sistema de Salud, y eso era un sistema alternativo al que históricamente había regido con el peronismo. Esa oportunidad, se perdió.
“Quiero destacar cosas de la gestión de Vidal que, lamentablemente ni la oposición termina de asumir como propias: encarcelaron al “Pata” Medina, a Antonio Balcedo, avanzó la causa y sigue discutiéndose por supuesta asociación ilícita entre Pablo Moyano y barras bravas de Independiente, y, en general, la Policía había establecido una nueva hoja de ruta en cuanto a su comportamiento en la vía pública. Berni, apenas llegó, criticó la forma en que Vidal sancionó a la Policía, porque encontró unos cinco mil expedientes iniciados, y él, en el último conflicto policial, terminó sancionando a 500 policías con el mismo procedimiento que tanto le reprochó a Vidal; digo esto para entender hasta donde es posible tener soluciones en la provincia de Buenos Aires si no se resuelve la cuestión de fondo, que es, precisamente, cómo se financia”.
Lilita en la Provincia
-¿Cómo ves a Lilita como candidata en la provincia?
-Lilita va a ir a jugar en la Provincia de Buenos Aires, si es que finalmente lo hace, por dos grandes motivos: por un lado, para consolidar el espacio que la Coalición Cívica ganó en JxC, y por otro, para darle una cuota de prestigio a una lista ya prestigiosa, porque dudo yo que sea candidata con cualquiera. Si Lilita lidera esa lista es difícil que consoliden una opción electoral en condiciones de disputarle al oficialismo. Supongo yo y no es información, que la opción en la que piensa Lilita cuando dice que va a ser candidata, es que en esa lista esté Vidal.