Entrevista al Presidente de la CC-ARI de la Provincia de Buenos Aires y Senador Provincial, Andrés De Leo.
-Conducís el partido en la provincia desde 2017, y conducir es guiar. ¿Hacia dónde lo querés llevar?
-Es un trabajo colectivo. Actualizar los objetivos tras alcanzar metas. De estar intervenido durante varios años, de no tener representación territorial con apenas dos concejales en toda la provincia de Buenos Aires, de ser cuestionado el liderazgo de Lilita, pasó a un partido con peso territorial, regularizado institucionalmente, con presencia política en las legislaturas y que ha sabido respetar los principios y valores de Carrió y su liderazgo. La CC va a ser el partido mas importante del siglo XXI.
“Hoy, el Partido ya no debe ser visualizado sólo como el partido de Lilita, que defiende la transparencia, que le puso el pecho a las balas defendiendo la República ante el avance del autoritarismo y la corrupción, sino un partido con dirigentes capaces de asumir responsabilidades superiores a las que hemos tenido hasta el momento”.
-Oportunidades que dará el electorado, pero que antes deben conseguirse en el seno de JxC…
-JxC, en su momento, fue creado para poner freno al kirchnerismo hegemónico y autoritario y conformó una gran alianza parlamentaria, donde la CC-ARI, por decisión propia, no ocupó responsabilidades relevantes de gobierno en Nación y Provincia. Esa etapa se ha cumplido, es hora de una nueva etapa: la CC ahora tiene la capacidad y estamos preparados para discutir no sólo candidaturas sino las políticas a implementar, sabiendo que hay que reconstruir expectativas y esperanzas en la ciudadanía: esto implica nuevas miradas desde lo social y económico , distintas a las implementadas por Cambiemos, cuando condujo el país por cuatro años.
-En la búsqueda de presentar dirigentes y ganar protagonismo público y mediático, ¿no le convendría a la CC-ARI vivir una interna donde se muestre caudal político en un partido vivo?
-La mayoría de las internas tienen que ver con posicionamientos personales y disputas de cargos, y no con las diferencias en el rumbo que deben tomar los partidos. Esas disputas le interesan al círculo rojo pero están lejos de la gente, por lo que en muchos casos termina siendo disvaliosa.
“Distinto es si se estuvieran discutiendo liderazgos y rumbos muy claros, donde la sociedad se involucraría mucho más. En definitiva: más allá de la pérdida de centímetros en los medios por discusiones internas, a mi juicio, que un partido se muestre ordenado y con valores que unen a sus integrantes, muestra su fortaleza. La CC-ARI ya vivió internas, y peor que eso, las disputas por cargos derivaron en un internismo que redujo al partido a su insignificancia, que pudo ser rescatada por el enorme liderazgo de Lilita y un grupo de dirigentes que sostuvimos a la CC en los momento más críticos.
-Está bien, pero hay un partido con ganas de mostrar toda la capacidad y posicionamiento…
-Sin dudas, a eso me refiero. La Argentina necesita una visión de país y de provincia distinta a la que viene prevaleciendo en los últimos años, y es Lilita Carrió quien mejor expresa esa visión: la Lilita profunda, la que se expresa a través del Contrato Moral y del Humanismo, la que le planteó a la Argentina cuando fue candidata a Presidenta y que expresa su visión geopolítica, que plantea una Argentina de clase media, la Argentina del progreso sobre la base del desarrollo y la igualdad. Es la Argentina republicana que hay que terminar de afianzar. Este es el desafío, mostrar cómo la Argentina puede recuperar el sendero del progreso tras décadas perdidas.
“Hay una agenda y un debate abierto en la Argentina, que la CC-ARI debe liderar”.
-¿En serio? Ya te tomo prueba (risas). Hablame de lo que pasa en la Argentina y cómo eso define su relación con el mundo.
-“La Argentina desde 1945 ha estado marcada por la antinomia ‘peronismo–antiperonismo’ con intervalos de autoritarismo, violencia, dictadura y la etapa de retorno a la democracia con Alfonsín. Pero esa antinomia siempre marcó el debate político y el curso de la Argentina. Mientras tanto nuestro país quedó estancado en el pasado con un modelo económico que no puede garantizar ni crecimiento ni equidad distributiva. Mientras el mundo se va transformando, la Argentina ha quedado estancada y enfrascada en un modelo agotado. Necesitamos salir de esa discusión y empezar una nueva etapa. El peronismo ha marcado a la Argentina, y aún cuando en general soy crítico a la doctrina que impregnó sus gobiernos, reconozco que durante algunos años permitió a sectores empobrecidos y postergados progreso y participación política y social. Por otro lado, sí estoy convencido que el antiperonismo ha sido definitivamente perjudicial para el país porque ha profundizado la división y porque no le ha generado nada positivo a los Argentinos.
“El desafío es crear una alternativa superadora, lo que yo defino como el “posperonismo”, que de fin a la integración de Argentina en el mundo y un nuevo paradigma de desarrollo y de redistribución poniendo más la mirada hacia adelante. Llevamos décadas de degradación y empobrecimiento. Es hora de un cambio profundo y Lilita y la CC es quien mejor lo ha interpretado.
ANÁLISIS POLÍTICO
-¿Qué cosas de la política puso al descubierto la pandemia?
-Las falencias que tenemos dentro del sistema político-institucional, una dirigencia que ha sido enmarcada en un sistema corrompido y la tentación de gobernar a través del miedo. También visibilizó a un sector de la oposición más dispuesta a apostar a la grieta que a trabajar en propuestas para generar expectativas en una sociedad que aguarda soluciones definitivas a los problemas viene padeciendo desde hace años. La pandemia ha dejado expuesta aún más el principio del fin de un modelo agotado, y una alternativa de cambio que no termina de gestarse.
“El oficialismo ha demostrado lo que es y ya no podrá ofrecerle nada nuevo a la Argentina. Los argentinos lo tienen muy claro. La responsabilidad es de la oposición en demostrar que es capaz de generar una alternativa distinta para cambiar en serio a la Argentina. Es un momento de quiebre. El gobierno va a profundizar sus intentos de someter a la justicia y a las instituciones y va a potenciar la grieta. Quienes estamos en la oposición tenemos la responsabilidad de sostener la unidad pero sobre la base de cuales son los límites éticos, compromiso con el republicanismo y la visión de una nueva Argentina que necesita revitalizar liderazgos que sepan interpretarlo.
-Hablaste de lo que la sociedad espera, veamos: Martín Lousteau dice que hay que recuperar a los desencantados de Cambiemos, pero es cierto que se cosecharon más votos en 2019 que en 2015; en tanto, y frente al PJ unido, aparentemente hay que hablarle a los panperonistas para poder ganar. En definitiva, ¿a qué público hay que hablarle en este 2021?
-Hablaste de Lousteau… veamos (risas). Lousteau habla más por un oportunismo, en medio de una interna, que por datos de la realidad. La realidad dice que cuando fue candidato perdió la interna con Lilita Carrió y luego en 2017 sacó 13% en CABA y Lilita sacó 51%.; sin embargo, en 2019, él pudo encabezar la lista de senadores. Queda claro que cuando ocupó un puesto preponderante lo hizo más por decisión de JxC que por su propio caudal electoral.
“En cuanto a qué público debemos dirigirnos, me imagino una opción como la que propuso Raúl Alfonsín, quien supo interpretar, en ese momento, las enormes necesidades del país, vinculadas al terror y el miedo que se instalaron en el país durante años que llegaron al paroxismo con la dictadura militar, la consecuente falta de libertad y la recuperación de una democracia plena. En aquel momento había que superar la violencia política y recuperar la libertad en el marco de los Derechos Humanos. Eso se conquistó pero la falta de una política económica adecuada es la que genera pobreza, exclusión y la violencia moderna que hoy no es política sino que es la inseguridad cotidiana que vivimos todos los días. Esa es la deuda de la democracia y de sus dirigentes.
Hay que proponer un modelo de gobierno con apego a la institucionalidad, con fortaleza política, un rumbo económico claro y que rompa una matriz agotada desde hace años que sólo apuesta a esquilmar más el sistema productivo -sobre todo el primario, que es el único generador de divisas. Lo que convocará a los Argentinos es la esperanza de un modelo distinto, que ponga a la Argentina de cara al futuro y al progreso, basada en el trabajo y en el conocimiento. Como nos insertamos en el mundo va a ser decisivo. El voto miedo, o el voto castigo es un límite pero no una salida. Debemos trabajar por el voto esperanza. Y eso implica otras miradas, otras propuestas y nuevos liderazgos.
-¿Qué podés decir sobre Lilita candidata, en la provincia de Buenos Aires?
-Lilita ha manifestado la voluntad de ser candidata y, obviamente, tiene todos los pergaminos para serlo. Está dispuesta, como siempre, a hacer un servicio más por la República, por JxC y por un sector muy importante de la ciudadanía que se expresó por una alternativa republicana. Ella tiene una voz muy potente que puede poner en agenda de la provincia de Buenos Aires temas que hoy no se discuten y que son las que han transformado a esta provincia rica en una fábrica de pobres.
“Sería, para los bonaerenses, una alternativa muy importante. Lo resolverá ella según las circunstancias y lo que resulte mejor para JxC. Es importante su participación como candidata porque los liderazgos que debieron emerger, aún no lo han hecho. “Lilita ha demostrado una centralidad política comparable a la de Alberdi y Sarmiento, quienes cimentaron las bases del desarrollo argentino más importante de la historia. Alberdi pregonaba el progreso económico con el lema Gobernar es poblar, y Sarmiento fue un obcecado predicador de la educación y la modernidad como pilar del progreso. En ambos personajes sus ideas fueron más importantes que los cargos, aún cuando Sarmiento sí llegó a ser Presidente. El destino dirá si Lilita ocupará un cargo a Gobernador o Presidente, pero sus ideas están y estarán presentes en la Argentina de los próximos años”.
-En el otro extremo, pero también importante, está el trabajo de los afiliados en cada municipio…
-Uno de los desafíos de la CC-ARI es tener más interacción hacia afuera del partido que hacia adentro. Tenemos que hablar con público que está afuera de nuestro espacio político, con referentes sociales y vecinos, debemos expresarnos en temas de la coyuntura local de cada distrito. Somos una opción capaz de gobernar para llevar a cabo los cambios que venimos pregonando y que van más allá de las denuncias, que si bien fueron necesarias y sirvieron para salvar a la Argentina del abismo institucional y la corrupción más extrema, no alcanzan para cambiarle la vida a la gente.